lunes, 6 de julio de 2009

extraña sensación...

Para ser sinceros, nunca antes me había sentido así. No es que me sienta mal, no es un dolor físico, es una extraña sensación que de vez en cuando me recorre el cuerpo provocando un sentimiento de incomodidad. No es que no me haya pasado esto antes, no es una novedad, puesto que las relaciones se van enfriando llegando a desaparecer más o menos frecuentemente, desde mi mejor amigo del cole, a amigos del instituto o incluso gente de la universidad, sin embargo la sensación sí que es nueva. Quizá sea porque esta vez no ha ocurrido de manera involuntaria, paulatinamente, sino que ha llegado de modo repentino y activamente, tras una conversación, cuya finalidad no era esta, si bien sus consecuencias si lo han sido. Debe haber sido esta forma pactada y lógica la que trae consigo esta mala sensación. Sin embargo, lo malo de la conversación no ha sido únicamente esta sensación, sino descubrir que mi forma de actuar no es la más adecuada, aunque fuese bien intencionada (como dice el maestro Sabina mitad arrepentido y encantado de haberme conocido), y esto hace me hace plantearme si siempre es o ha sido así, o es un caso concreto, si el resto de gente se siente igual aunque no lo diga y si debería plantearlo de modo distinto. Pero qué pasaría si descubres que nada es como tú creías, si dejas que la gente te eche de menos y no lo hacen, si gente que realmente es importante para ti y quieres que forme parte de tu vida no tiene ese sentimiento recíproco. Creo que todo tu mundo tambaleándose a tu alrededor provoca más esa sensación tan abrumadora y extraña que una relación que se enfría, aunque tú no quieras.

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