viernes, 17 de septiembre de 2010

94 canciones en 7 días





Quién me iba a decir que lo que necesitaba en estos momentos misteriosamente light era la música depresiva de un ex-drogata. Una vez leí que las mejores canciones son siempre las canciones tristes, porque es en esos momentos cuando no te salen las palabras para expresar tus sentimientos. En el fondo, a nadie le gusta que le digan lo bonita que es la vida cuando eres completamente feliz, más feliz incluso que la canción de turno. ¡Bendita música! (Music is my saviour). Quizá, haya llegado el momento de aclarar que el ex-drogata que es John Frusciante, para mi uno de los mejores compositores del mundo.
Llevo muchos días dándole vueltas a una posible lista con los mejores 6-7 compositores, y no sabría elegir, se me quedan muchos fuera, pero llegué a la conclusión que para mi eran: John Frusciante, Bruce Springsteen, Bob Dylan, Ryan Adams, por la parte música inglesa, y Joaquín Sabina, Andrés Calamaro y Quique González por la parte de música española. Sí, sí, se quedan muchos fuera, John Lennon, Enrique Bunbury, etc., etc. Quizá mi lista se basa en mi propia experiencia y en lo que más escucho, quizá sean los que más me mueven.
John Frusciante, ex guitarrista de los Red Hot Chili Peppers, qué decir de su calidad como guitarrista. No hay palabras. Pero su carrera en solitario no se queda atrás, tiene discos infumables desde mi punto de vista, paranoias, idas de olla, berridos, gritos guturales y palabras ininteligibles, pero por otro lado, están sus discos que más he escuchado, Curtains, The Will to Death, The Empyrean y Shadows Collide with People. Y me sigue pareciendo increíble como alguien que ha estado en los bajos fondos de la vida, al borde de la muerte, sigue teniendo frases increíblemente potentes que me llegan tan profundo.
Un día haré una lista con algunas frases, pero para ello debo escuchar de nuevo los discos, porque con cada escucha aparece una nueva. Esta semana ya van 94 canciones escuchadas, 94 canciones en 7 días.

miércoles, 9 de junio de 2010

Pequeño y Simple


Volviendo a casa ha empezado a chispear y, a lo lejos, he visto el arcoíris. Inevitablemente, y a pesar de la que se me venía encima con la tormenta, he sonreído. Durante unos minutos fui feliz observándolo y recordé aquellos momentos cuando era pequeño y veía los arcoíris saliendo de los riegos automáticos del parque. Por aquel entonces, siendo yo un pequeño zagal no entendía cómo podía pasar eso, y se lo preguntaba a mi madre. Mi madre tenía la sencilla explicación de que los rayos de sol al atravesar las gotas de agua forman un arcoíris. Pero yo no me lo creía, y aún me cuesta creerlo, porque cómo es posible que algo tan simple y tan pequeño, tan insignificante, podía crear algo tan hermoso, algo que nos gusta a todos, y que cuando lo vemos, nos da cierta paz interior y tranquilidad. Según han ido pasado los años, especialmente estos 2-3 últimos años que he estado fuera, me he ido dado cuenta de que son esas cosas pequeñas e insignificantes las que te sacan una sonrisa, te desconectan de tu estrés, de tu rutina y te hacen feliz durante unos minutos, quizá esos minutos te alegren el resto del día. Por desgracia, un arcoíris no se ve todos los días, mi madre tenía razón, el arcoíris se produce cuando un rayo de sol atraviesa una gota de agua y la luz blanca se descompone en los colores que lo forman. Como vemos, se tienen que dar tres circunstancias, que llueva, que haga sol, y que estemos en la posición correcta para ver el arcoíris. Quizá sea por esto, porque no ocurre muy a menudo, por lo que nos gusta todos. Al final me he dado cuenta de que lo importante es ir juntando pequeñas cosas, ocurran más o menos a menudo, para ser felices durante un buen rato, y eso repercutirá en el resto de nuestro día, en el modo de afrontar nuestros tediosos quehaceres. Para empezar con un sonrisita, os dejo una foto de un arcoíris de mi amiga Marta. =) =)